En sintonía con la creciente conciencia social a favor de acciones más amigables con el planeta, empiezan a multiplicarse las organizaciones textiles que fomentan la idea de reciclar prendas de ropa en desuso y que proponen crear métodos de fabricación para reducir el impacto sobre el medioambiente, recurriendo, por ejemplo a la sublimación por metro.
En este contexto, es lamentable que los residuos de la industria textil aún no cuenten con políticas de gestión en Argentina. Esto permitiría realizar una separación de origen a fin de evitar que toneladas de ropa y descartes, provenientes tanto de las fábricas como de casas particulares, terminen formando parte de vertederos y basurales.
La industria textil es la segunda contaminante del mundo, no solamente por los descartes textiles en sí, sino por toda la cadena de valor. Una de las formas de clasificar los desechos de esta industria es a través de las siguientes categorías:
Residuos textiles de posconsumo, generados por el consumidor final;
Desechos textiles de fabricación, descartados por talleres e industrias;
Descartes textiles de preconsumo, provocados por fallas de fabricación.
Según estimaciones del Banco Mundial, se calcula que en todo el globo el 87% de las fibras que se emplean para confeccionar la ropa, se incinera o va directo a un vertedero, mientras que el 60% se desecha antes de que se cumpla un año desde su fabricación.
Ante todo es importante comenzar a incentivar los incipientes proyectos de reciclaje e implementar una normativa que regule la generación y separación en origen de los residuos textiles, principalmente de las grandes empresas, que no tienen ninguna ley que les obligue a hacerse cargo de los descartes. A su vez, también es importante aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología para innovar, por ejemplo, personalizando prendas recicladas a través de la sublimación por metro.
Este proceso de estampado encierra numerosas ventajas, tanto para las prendas nuevas como para las recicladas. Las más destacadas son las siguientes:
Permite dar rienda suelta a la creatividad;
Facilita el lanzamiento de prendas exclusivas;
Agiliza el estampado de diseños complejos;
Garantiza un óptimo nivel de color y nitidez;
Reduce los costos del proceso productivo;
Disminuye los tiempos de producción a gran escala;
Hace posible acciones más respetuosas con el medioambiente.
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